Las paredes abren un mundo de posibilidades en pádel y siempre son aliadas del jugador inteligente. A diferencia del tenis o el bádminton, este deporte se practica entre cuatro paredes de cristal u hormigón prefabricado. Con ellas interacciona la bola en cada punto, por lo que saberlas utilizar adquiere una importancia decisiva en el transcurso de un partido.
La doble pared en pádel es un golpe defensivo que aprovecha las paredes de la pista para restar con eficacia y mantener el equilibrio de fuerzas con el oponente. Porque perder la red obliga a plantear una defensa desde el fondo de la cancha, donde los golpes de pared en pádel son primordiales para resistir, a la espera de una oportunidad para contratacar.
Dominar técnicas como la salida de pared, la contrapared o el golpe de pared lateral convierten al padelista en un defensor eficaz, pero ¿por qué la doble pared es el recurso más letal?
Doble pared en pádel: un recurso indispensable para explotar los rebotes
Las dobles paredes en pádel son golpes efectuados después de que la bola rebote en la pared de fondo y en la lateral inmediata. Este suceso, común y exclusivo del pádel, recibe el nombre de «rebote en doble pared» y supone una interacción directa con las paredes, el elemento físico más influyente en este deporte después de la pala y la superficie de la pista.
El dominio de esta técnica es indispensable en las estrategias defensivas en pádel, cuando el jugador se ve ‘empujado’ hacia el fondo de la cancha y debe interactuar con estos elementos divisorios, enemigos y aliados a un mismo tiempo. Y es que los contrincantes, para dificultar al máximo la devolución, utilizan la bajada de pared y otros remates capaces de convertir las tres paredes del lado opuesto de la pista en un ‘arma’ contra el defensor.
Atendiendo a su técnica, la doble pared pone a prueba la habilidad y condición física del practicante. La posición de la bola obliga a conectarla en posiciones desafiantes. Requiere una anticipación constante para predecir su dirección y la ubicación más adecuado para golpearla, objetivo fácil sobre papel, pero muy difícil cuando interviene la pared de fondo en pádel y plantea múltiples trayectorias en función del efecto, la fuerza, etcétera.
La correcta ejecución de la doble pared, de esa defensa tan efectiva en pádel, reside en el posicionamiento. Según Miguel Sciorilli, reputado entrenador del World Padel Tour, «el punto más importante de este tipo de defensa está en leer y percibir cómo nos llegará la pelota, si cerca o lejos del cuerpo.
Sciorilli recomienda, citando una entrevista publicada en Paddle Addict, ejercitarse «con ayuda de un monitor que nos eche bolas cruzadas podremos ir practicando, simplemente observando, sin moverse, hasta que tengamos afianzado su lectura».
La reiteración de estos ejercicios con la doble pared en pádel es clave para interiorizar automatismos. «Si la pelota me pasa cerca tengo que, instantáneamente, moverme hacia la pared lateral, y si me pasa lejos alejarme de la misma. Con practicar los movimientos es más que suficiente, lo importante es que asociemos lo que hay que hacer en ambos casos», concluye el entrenador argentino.
¿En qué se diferencian la doble pared que abre y la que cierra?
Dependiendo de la posición del jugador y de la trayectoria de la bola, esta técnica admite dos variantes, una de cierre y otra de apertura, por así denominarlas. En concreto, la doble pared que abre se ejecuta cuando se recibe una bola cruzada y esta impacta primero en la pared lateral y después en la de fondo.
Para resolver sin apuros esta situación, la doble pared puede ser el golpe perfecto. Es importante prestar atención a la velocidad de la bola. Una fuerza menor de la esperada podría generar un bote ‘muerto’, que es sin duda uno de los peligros de utilizar la pared en el pádel.
Las condiciones idóneas para una doble pared que cierra en pádel son diferentes: es necesario que la bola se aproxime hacia la pared lateral más cercana al jugador, impactando en la pared de fondo antes que en cualquiera de las laterales.
