El interés por el tenis crece año tras año. Según la Federación Internacional de Tenis (ITF), más de 87 millones de personas ya practican este deporte, el quinto con mayor seguimiento a nivel internacional. Aunque dar los primeros pasos en esta disciplina es fácil, desarrollarse como tenista no lo es tanto. Las clases de tenis en Barcelona allanan el camino y garantizan un aprendizaje rápido, seguro y divertido, totalmente alejado del vía crucis que supone para más de un autodidacta.
La accesibilidad es una de las fortalezas del tenis. Porque la conquista de los primeros puntos anima al principiante a profundizar en el juego y a desarrollar sus habilidades. Pero el autodidactismo tiene sus límites, y en cualquier caso no todos poseen el starter pack de aptitudes de Marcel Granollers.
De la mano de monitores y entrenadores, perfeccionarse en el tenis es más sencillo y ameno y proporciona múltiples beneficios, que se expondrán a continuación.
De la motivación a la calidad del entrenamiento: estos son los beneficios de las clases de tenis en Barcelona
Calidad y eficacia de los entrenamientos
Detrás de cada gran tenista hay un gran entrenador. Los binomios Moyá-Nadal, Mouratoglou-Serena Williams o Ferrero-Alcaraz ponen de manifiesto la importancia de este vínculo. Las clases de tenis en Barcelona para adultos y jóvenes proporcionan una orientación eficaz en la formación tenística, con ejercicios de calidad adaptados a las necesidades específicas del alumno.
Cuando se trabaja codo con codo con un entrenador, se obtiene su experiencia deportiva y un punto de vista objetivo, que aceleran la consecución de resultados. Esta figura también desempeña un papel significativo en la construcción de rutinas y en el compromiso y la formación de carácter del tenista.
Su objetivo a medio y largo plazo no es simplemente que el aspirante perfeccione su revés o aprenda las sutilezas del dropshot: también pretende moldear su confianza y mentalidad.
Un plus de motivación y perseverancia
Del punto anterior se deduce que la influencia de la psicología en el tenis no es pequeña. El éxito de Rafa Nadal o Jannik Sinner sería incomprensible sin la fortaleza mental, aspecto que los clubes de tenis y pádel en Barcelona se esfuerzan en pulir como parte de su programa de entrenamientos.
La motivación y el apoyo emocional son grandes beneficios de apuntarse a clases de tenis. Porque los momentos de frustración están al acecho y el jugador debe aprender las estrategias para blindarse mentalmente y entrenar al cien por cien. Es aquí donde los monitores y entrenadores entran en juego y establecen una comunicación positiva.
En este sentido, su rol va más allá de dar una palmada en la espalda. Estos especialistas ayudan a que el alumno persevere y supere sus limitaciones físicas y técnicas.
Menor riesgo de lesiones durante los ejercicios
Las lesiones son una amenaza constante en el tenis, pese a no ser un deporte de contacto. La lumbalgia, el esguince de tobillo, la cervicalgia o el famoso codo de tenista pueden entrar en escena por tres motivos: la debilidad muscular, las caídas y torceduras fortuitas y los malos hábitos en la postura y la técnica de golpeo. Esta última causa es la más frecuente en el tenis amateur, y puede evitarse con la supervisión de un entrenador.
La asistencia a clases de tenis eleva la seguridad de los entrenamientos gracias a las correcciones e indicaciones de un tercero, con más experiencia y perspectiva que el alumno para juzgar su desempeño deportivo. El entrenador interviene de forma decisiva en la eliminación de manías y el perfeccionamiento del swing y otros aspectos del deporte blanco.
Diversión y sentido de pertenencia de grupo
Sentirse parte de una comunidad con intereses y objetivos encontrados es una de las ventajas de las clases de tenis para niños en Barcelona. Las dinámicas de grupo son un apoyo al aprendizaje, sin que ello afecte a la enseñanza individualizada. En la escuela de tenis y pádel de Vall Parc, por ejemplo, se imparten clases a grupos de cuatro alumnos por niveles, de forma que se garantiza la atención personalizada, sin renunciar a los beneficios de la enseñanza colectiva: el aumento del compañerismo, el compromiso, la gratificación y la diversión.