La falta de pie en tenis motiva uno de los warnings más comunes e irritantes en este deporte, seguido de las pérdidas de tiempo o el maltrato de la raqueta. Su impacto en el juego es relativo: el servidor pierde una de las dos oportunidades de saque. Sin embargo, sus efectos psicológicos pueden ser dramáticos.
Cuando la estadounidense Serena Williams fue advertida por reiteradas faltas de pie durante el Abierto de Estados Unidos de 2009, reaccionó contra la juez de línea con un «te voy a matar». Este incidente, aislado y sin mayor trascendencia, demuestra hasta qué punto saca de quicio esta regla a los jugadores, incluidas las leyendas del circuito profesional.
Pero ¿qué es exactamente la falta de pie o foot fault y por qué se produce? Dentro del vocabulario de tenis, la falta de pie tiene lugar cuando el jugador que sirve desde la línea de fondo, entra en contacto con cualquiera de dichas líneas divisorias, incluyendo las prolongaciones imaginarias del área de servicio.
Y es que invadir o rozar la línea de fondo está prohibido expresamente en el reglamento oficial de la Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en inglés). En concreto, la Regla 18 dicta que «durante el servicio, el jugador no deberá: (A) cambiar de posición caminando o corriendo, aunque se permitan ligeros movimientos de los pies; (B) tocar la línea de fondo o la cancha con cualquier pie; (C) tocar el área fuera de la extensión imaginaria de la línea lateral con cualquier pie, ni (D) tocar la extensión imaginaria de la marca central con cualquier pie».
La existencia de esta falta en tenis persigue un objetivo claro: impedir que cualquiera de los jugadores gane una ventaja ilegítima durante el juego al vulnerar la décimoctava norma del reglamento (de ahí que los jueces de silla la apliquen de modo tan inflexible). El público aficionado puede juzgar, no sin lógica, que unos pocos centímetros no conceden una superioridad tal en el saque que facilite el punto; sin embargo, en el tenis profesional, los detalles pueden marcar la diferencia.
¿Por qué es tan polémica la falta de pie en tenis?
La falta de pie es casi tan antigua como las reglas del tenis. Originalmente, presentaba una forma similar a la actual: al servidor se le prohíbe entrar en contacto con las líneas de fondo hasta haber golpeado la pelota. En 1908, se introdujo un cambio significativo: el jugador podía invadir o atravesar la línea con uno solo pie antes de completar el saque. Sin embargo, la novedad no logró prosperar, eliminándose a comienzos de la década de los sesenta.
Como ocurre con el offside en fútbol, no todas las faltas de pie son claras e indiscutibles. A veces se fundamentan en unos pocos milímetros de zapatilla que sólo el juez de línea o de silla han detectado. El Ojo de Halcón y otros avances tecnológicos son resolutivos en esta y otras faltas de saque en tenis. Para entender lo controversial que pueden ser, basta recordar la polémica falta de pie cometida por el ruso Daniil Medvedev en las Finales de la ATP de 2021.
Aunque las reglas son iguales para todos, no todos encajan igual el golpe psicológico que supone una falta de pie. Mantener la concentración después de un warning es fácil para raquetas de la talla de Sampras, Djokovic, Nadal o Borg, pero en el resto puede hacer aflorar los nervios e inseguridades, con la consecuente pérdida de rendimiento.
¿Cómo evitar las faltas de pie en tenis durante el saque?
La práctica y la corrección postural son indispensables para evitar faltas de pie en el saque. Al estilo de los golfistas, que dedican horas a perfeccionar su swing, el tenista debe destinar una parte de su entrenamiento al servicio, uno de los aspectos clave de los deportes de raqueta.
Cuidar la postura durante el servicio también es importante. De lo contrario, el pie podría adelantarse más de lo debido en el toss. Los automatismos pueden ser valiosos aliados en momentos de tensión, como sucede en un partido oficial. La comodidad influye (y mucho) en el rendimiento, por lo que se aconseja elegir las zapatillas de tenis adecuadas.
