Los profesionales del circuito tenístico realizan una media de 0,85 dejadas de derecha y 1,05 dejadas de revés por partido, según informa la ATP y Tennis Data Innovations (TDI). Para jugadores como Carlos Alcaraz, la dejada en tenis es un verdadero talismán, pues recurre a ella casi el triple que el resto (2,83) y le ofrece un porcentaje de victorias del 67,7%, nada menos.
De todos los golpes de tenis que existen, la dejada es uno de los más sorpresivos, letales y difíciles de ejecutar. La técnica en sí no tiene misterios: es un golpe cortado y suave que persigue un bote ‘muerto’ al otro lado de la red, para vencer a rivales desubicados en pista o que defienden por detrás de la línea de fondo.
La dejada o dropshot en tenis está presente en el repertorio de las mejores raquetas de los últimos tiempos (Rafael Nadal, Roger Federer, Agnieszka Radwańska, Nick Kyrgios, etcétera). Para ejecutar este golpe con maestría y sutileza, es necesario dominar la empuñadura de martillo, controlar la fuerza del backspin y saber aguardar el momento idóneo, entre otras recomendaciones que se detallan a continuación.
¿Cómo hacer una dejada en tenis? 5 tips para dominar esta técnica
Respetar el ‘timming’
Este recurso tiene su momento y su lugar y exige una lectura precisa del juego. A diferencia del revés o el derechazo o drive, equivocar el timming de una dejada acarrea consecuencias nefastas. Así lo reconoció Carlos Alcaraz en 2023: «hay que hacerlo bien porque si no golpeas bien a la pelota se queda demasiado fácil para el rival».
La técnica de la dejada en tenis es particularmente eficaz contra rivales en baja forma, desubicados en pista, poco veloces o acostumbrados a defender por detrás de la línea de fondo. Pero sin las condiciones dadas, ha de desestimarse. Del mismo modo que jamás se ejecutan globos cuando el adversario está en el fondo de la pista, tampoco las dejadas son válidas ante oponentes cerca de la red.
Adoptar la empuñadura de martillo
Prestar atención a la empuñadura y al efecto de la pelota es vital para saber cómo hacer una dejada en tenis. La sujeción continental o de martillo es la más indicada para plantear este golpe, pues facilita el impacto en el lado inferior de la bola, a fin de conseguir el backspin o efecto de retroceso. Con ello, se entrega al oponente un bote ‘muerto’ que dificulta la devolución o reduce al mínimo sus opciones de disputar el punto. Por el contrario, la empuñadura oeste y semi-oeste complican enormemente esta técnica.
Observar la altura y velocidad de la bola
La dejada en tenis requiere una mayor capacidad de improvisación que otras técnicas. Rara vez las circunstancias son ideales para «sacarse de la chistera» un golpe tan expuesto y arriesgado. En general, la altura y velocidad de la bola contienen una información tan valiosa como la posición del contrincante. El riesgo se reduce cuando la pelota se aproxima entre los hombros y la cintura y posibilita un golpeo de arriba a abajo. Con todo, en las clases de tenis para adultos se insiste en la importancia de saber adaptarse a las circunstancias.
Moderar su uso, cuidar el factor sorpresa
«¡Disfraza fenomenal las dejadas!». El extenista norteamericano Jim Courier se expresó así sobre el golpe característico de Alcaraz, elogiando la capacidad del murciano para «cambiar la empuñadura muy tarde en sus dos golpes y eso le ayuda». El factor sorpresa, tan importante en tenis, es un ingrediente básico de la dejada.
Por su carácter excepcional, insistir demasiado en la dejada puede sabotear la propia táctica. Si el oponente aprende a anticiparse en vez de permanecer en la incertidumbre, este recurso le pondrá en bandeja más de un punto. Explotarlo en su justa medida lo convierte en un golpe letal, sobre todo cuando se ‘esconde’ hasta el final, habilidad que debe practicarse durante los ejercicios de dejada en tenis.
Prepararse para la contradejada
No hay dejada tan perfecta que un rival atento y capaz no pueda contrarrestar. En caso de que su respuesta sea una nueva dejada, el jugador se encuentra con una «patata caliente» entre manos: la contradejada, que puede replicarse con un globo o un passing-shot. En tenis la sucesión de dejadas y contradejadas no son infrecuentes, como demostraron los duelos entre Boris Becker y Stefan Edberg o más recientemente entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic.
