En tenis la pelota está en contacto con dos únicas superficies: la pista y el cordaje de la raqueta. Este entramado de cuerdas verticales y horizontales ha evolucionado drásticamente desde que Pierre Babolat introdujera el cordaje ‘de tripa’, predecesor del Kevlar, el monofilamento y el multifilamento actuales. Además del material, uno de los parámetros clave es la tensión del encordado de raquetas. Su influencia es tal en la alta competición que estrellas como Roger Federer contaban en su equipo con un encordador personal o stringer.
Pero ¿cómo saber qué tensión tiene mi raqueta?, ¿cuál es el valor correcto y cómo influye en el juego? Comenzando con lo esencial, la tensión se mide en kilogramos. Si bien las raquetas se adquieren encordadas, sus cuerdas pueden ajustarse o reemplazarse con ayuda de una máquina específica.
La tensión de la cuerda de una raqueta de tenis se determina con calibradores o medidores de tensión (stringmeters) como los comercializados por Tourna y Gamma Sit, por un precio de 25 a 50 euros. Más económicas son las apps para móviles —RacketTension, TennisTension Pro o RacquetTune, por ejemplo— que cumplen esta función con ayuda de sensores, pero su efectividad y precisión es menor.
El interrogante de qué tensión usar en mi raqueta no es baladí, pues aspectos como la potencia o el control se verán afectados. Esta dureza o tensión se sitúa, con carácter general, entre los 21 y los 28 kg, aunque rara vez supera las 25 unidades. Cada fabricante, además, incluye en sus productos recomendaciones sobre la tensión mínima y máxima permitida. Así, en la Wilson Clash 100 se sugiere un rango de 22,6 a 27,2 kg de tensión para un cordaje Luxilon Alu Power.
Así influye la tensión de una raqueta de tenis en el rendimiento deportivo
La tensión de las cuerdas verticales y horizontales de una raqueta impacta sobre el rendimiento en pista y el riesgo de lesiones. Durante la fracción de segundo que la bola está en contacto con el cordaje, se producen vibraciones que se transmiten al brazo y que repercuten en la eficacia y potencia del golpeo. Por su influencia, las cuerdas son una de las partes de la raqueta de tenis más relevantes.
En concreto, una tensión de raqueta de 23 a 22 kg se considera floja y genera una mayor potencia, a costa de la predictibilidad del ángulo de salida. Esto es debido a que las cuerdas así configuradas almacenan más energía, que se transmite a la pelota y da lugar a golpes más veloces, acarreando un menor desgaste físico para el jugador. Pero la contraparte de esta ventaja es la dificultad para predecir la dirección de la pelota. En cambio, una tensión superior a los 25 kg se considera alta y sacrifica la potencia en favor del control del golpeo.
Más allá del estilo de juego y del estado físico, la edad también es un condicionante. Por su menor desarrollo y tono muscular, la tensión del cordaje de tenis para niños se sitúa en un rango de 17 a 20 kg. No obstante, este parámetro está sujeto al nivel de juego, el tamaño de la raqueta o la altura del practicante.
De Nadal a Alcaraz: ¿qué tensión utilizan los tenistas del circuito profesional?
Los tenistas de élite son el espejo del tenis amateur. Los practicantes desean saberlo todo acerca de sus ídolos: desde el calzado hasta las pelotas que utilizan a diario, y la tensión de las raquetas de jugadores profesionales es una de esas cuestiones que ronda la cabeza del aficionado.
Rafael Nadal, por ejemplo, compite con una Babolat RPM Blast con 19 cuerdas horizontales y 16 verticales, con una tensión de 25 kilogramos que, presumiblemente, modifica en función del tipo de superficie. Calcado al del balear es el ajuste que emplea Novak Djokovic. El cordaje de la raqueta del serbio es de 25 kg, rebajando un kilogramo cuando se decanta por el monofilamento Luxilon Alu Power Rough. Una rara avis es el ruso Daniil Medvedev, que utiliza una tensión de solo 22 ó 24 kg en su cordaje Tecnifibre Razor Code.
Respecto a la tensión de la raqueta de Alcaraz, el murciano empuña una raqueta Babolat con una dureza de 23 kilos en las cuerdas horizontales y de 25 en las verticales.