Sanyo Gutiérrez, Paquito Navarro, Juan Martín Díaz y otros ases del World Padel Tour han convertido la ‘chiquita’ en uno de sus recursos más letales. Se distingue por su precisión, factor sorpresa, efecto ralentizador y capacidad para transformar la dinámica del juego. Pero ¿en qué consiste este golpe?, ¿cómo hacer la chiquita en pádel de forma correcta?
La ‘chiquita’ en pádel desempeña una función similar al passing y al globo, recursos muy utilizados para alcanzar la red que, sin embargo, son oportunos solo cuando el rival se encuentra en posición adelantada. El contraataque que nos ocupa, es adecuado cuando los oponentes están en el fondo de la pista. Esta técnica lleva de posibilidades está cada vez más presente en el juego actual y se enseña en las principales academias de pádel.
¿Qué es la 'chiquita' en pádel y para qué sirve?
El golpe de la ‘chiquita’ en pádel consiste el impactar la pelota desde una posición defensiva, con la fuerza y altura justas para hacerla botar cerca de la red contraria. Con esta acción táctica, se entrega una bola incómoda a la pareja rival, cerca de los pies, generalmente en una postura molesta para plantear un ataque, lo que modifica la dinámica del punto: los antes defensores adoptan un rol atacante, y viceversa.
Por más que sea uno de los mejores golpes de pádel, la ‘chiquita’ pone a prueba las habilidades físicas y estratégicas del jugador. Su escasa velocidad y altura la aproximan a la dormilona o la dejada en pádel, pero carece del retroceso de estas técnicas y tiende a comprometer más las posibilidades de la pareja que la ejecuta, por lo que debe hacerse en tiempo y forma adecuadas.
Mientras que la volea, la bandeja o el revés de fondo intervienen en el juego con asiduidad, la chiquita está reservada a situaciones especiales. En concreto, si la pareja rival se mantiene alejada de la red, este golpe forzará su posición, allanando el camino a la volea y otros movimientos de ataque.
La ‘chiquita’ cumple, además, funciones diversas y de valor en el transcurso del partido. ¿La velocidad del juego es demasiado veloz y va contra los intereses del jugador? Este golpe ralentizará el tempo y sacará al oponente de su zona de confort. ¿Que se desea recuperar la iniciativa y poner fin a la «lluvia» de voleas? Una ‘chiquita’ podría romper la posición rival y, forzando una defensa precipitada, plantear un ataque que altere el statu quo del punto en disputa.
Con la ‘chiquita’ también se logra variar el propio registro, elevando la incertidumbre de los rivales. Ser predecible concede a estos una ventaja demasiado grande: sorprenderlos a cada instante aumentará las opciones de victoria.
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De la teoría a la práctica: así es la técnica de la 'chiquita'
Disimular la preparación
Sin el elemento sorpresa, la ‘chiquita’ en pádel pierde gran parte de su efectividad y puede volverse en contra del jugador. Una preparación discreta, velando las intenciones, es el secreto para preservar la incertidumbre. Por tanto, se evitará ‘cargar’ demasiado la pala y repetir demasiadas veces este golpe, ya que perdería su efecto.
Adoptar la empuñadura correcta
Las empuñaduras más recomendadas para ejecutar este golpe son la este de derecha y la continental. Cambiar el agarre justo antes de una ‘chiquita’ pondría sobre aviso a los oponentes, motivo por el que se requiere una cierta planificación. Respecto al armado, se necesita una cierta flexibilidad, pues la altura de la bola condiciona tanto el posicionamiento en pista como la situación de la pala, es decir, alta o baja en relación con la pelota.
Cuidar la fuerza, dirección y punto de impacto
«La potencia sin control no sirve de nada» es un eslogan publicitario que los jugadores de pádel aplican en su día a día. Y es que la técnica de la ‘chiquita’ en pádel, como otras en este deporte, requiere más maña que fuerza. La pelota debe conectarse con un swing ascendente, cuidando el punto de impacto y controlando la fuerza, pues se espera que supere la red y efectúa su bote, bien a los pies del rival, bien a un espacio vacío en la pista.
Anticiparse a la respuesta del oponente
Con la ‘chiquita’, más que finalizar el punto, se favorece la transición de una posición defensiva a una atacante. Para completar este cambio de modo satisfactorio, deben preverse las respuestas del oponente y contrarrestarlas sin perder el dominio de la red.