Para responder a un globo ofensivo y evitar comprometer su posición, los jugadores de pádel disponen de un recurso útil: la bandeja. Este golpe de seguridad y precisión ayuda a ganar tiempo y mantener al oponente alejado de la red. La adecuada ejecución de la bandeja requiere práctica y un conocimiento mínimo de su técnica y sus beneficios.
Inicialmente, la bandeja en pádel se adoptó para corregir el rebote excesivo en que incurrían los practicantes diestros de drive al efectuar un remate con slice. Con el paso de los años y la evolución de la técnica en este deporte, la bandeja acabó por integrarse en el arsenal del padelista, sin importar su posición habitual en el terreno de juego. Al ‘bandejear’, el jugador plantea un golpe de precisión, con poco rebote y generalmente en dirección a las esquinas, para aminorar el rebote y prevenir el contragolpe de la pareja oponente.
Como sucede con los mejores golpes de pádel, la bandeja debe reservarse para momentos específicos del juego. En concreto, cuando se recibe un globo que amenaza con superar la posición y que no es posible rematar con un mínimo de comodidad o seguridad. En esta situación, la bandeja es un salvavidas, un golpe socorrido que nos ahorrará retroceder hasta el fondo de la pista y mermar aún más las posibilidades de ganar el punto.
Además, la técnica de la bandeja en pádel es aliado de los jugadores sin demasiada potencia, un hándicap en ciertos golpes pero en el que nos ocupa. Después de la primera hora de partido, cuando el cansancio entra en escena, recurrir a la bandeja ayuda a economizar esfuerzos y reducir el desgaste muscular, sin conceder ni un centímetro de pista a los rivales.
Desde la óptica del compañero, la bandeja requiere de ellos una participación activa, cubriendo huecos y vulnerabilidades que puedan ser aprovechados por el contrincante. Si este golpe de pádel deriva en un error rival u oportunidad de ataque, el compañero debe estar alerta para responder con una volea ofensiva.
No hace falta ser un veterano del circuito para ‘bandejear’ como tal. A continuación explicaremos el paso a paso para ejecutar este golpe y los mejores consejos para la bandeja en pádel.
La bandeja en pádel, una técnica eficaz al alcance de todos
La primera fase de la bandeja en pádel es la empuñadura, esto es, la forma óptima de sujetar la raqueta. Dos son las opciones factibles: la continental y la este de derechas. La primera empuñadura se enseña a los principiantes y consiste en sostener la raqueta a modo de martillo, de forma que el dedo índice quede libre. Esta posición es compatible con multitud de golpes, incluida la bandeja.
Más avanzada en la empuñadura este de derechas, que permite un mayor giro a la muñeca, imprimiendo una fuerza y efecto superiores. Es apropiada también para ejecutar drives planos y golpes liftados. Cualquiera de estas empuñaduras para bandeja en pádel es recomendable. Para aprenderlas en profundidad, la asistencia a las escuelas de pádel.
En el siguiente paso a paso de la bandeja en pádel, debe practicarse el movimiento previo al impacto con la pelota. Este golpe requiere la extensión del brazo en posesión de la pala, con el restante en una situación más adelantada, para conseguir un mayor equilibrio al recibir la bola.
La zona de impacto reviste una gran importancia en las bandejas, y su elección debe subordinarse a la dirección y rebote deseados. Así, el impacto a la altura de la cabeza y los hombros es idóneo para las bandejas dirigidas a la pared de fondo, mientras que las bandejas que se envían a las paredes laterales exigen una zona de impacto más elevada, a menudo por encima de la cabeza.
Respecto a las ventajas de la bandeja frente a otras técnicas, beneficia en especial a los jugadores con menor potencia. Siendo un golpe tan profundo, con un rebote mínimo, es fácil comprometer la posición del rival y recuperar la red, cambiando así el signo del punto. Aunque nunca es aconsejable abusar de un recurso, la reiteración de bandejas mantendrá a los oponentes en el fondo de la pista, reduciendo sus posibilidades de contragolpear.