La indumentaria tenística era tan limitada como limitante en los inicios de este deporte: ellos vestían camisas y pantalones largos con cinturón y ellas lucían vestidos con falda y botines con tacón, predominando en ambos sexos el color blanco, por disimular eficazmente el sudor (de hecho, el torneo de Wimbledon aún se juega de blanco, por lo que esta tradición sigue presente en el circuito profesional).
Durante la segunda mitad del siglo XX, la ropa adecuada para jugar al tenis evolucionó drásticamente. Las diferencias entre la etiqueta masculina y femenina disminuyeron, haciéndose más hincapié en el rendimiento deportivo que en la elegancia de las formas. El profesionalismo ascendente en el mundo del tenis hizo posible esta evolución, pues quienes sostenían las raquetas no eran ya gentlemen, sino auténticos sportsmen: deportistas con mayúsculas.
Hoy la ropa para jugar al tenis de mujer comparte la calidad de los materiales ligeros y transpirables de las equipaciones masculinas, pero cuenta con una mayor diversidad de estilos. Generalmente, las jugadoras visten con camisetas de mangas cortas o camisetas de tirantes, complementadas por una falda tenística o una falda pantalón, con o sin shorts de compresión.
Este vestuario para tenis, pensado para maximizar la versatilidad y la libertad de movimientos de la usuaria, dispone de accesorios y elementos orientados a agregar comodidad durante el juego. Así sucede con los bolsillos de faldas y pantaloncillos, que permiten guardar las pelotas descartadas durante el saque.
Respecto a la ropa para jugar al tenis de hombre, se utilizan camisetas con o sin mangas cortas de tejidos como la licra, el algodón o la franela, en combinación con un pantalón de longitud media, con amplios bolsillos para dos pelotas adicionales. El calzado debe ser igualmente específico, tipo sneaker o tenis, con talón acolchado y una elevada tracción y resistencia al desgaste.
Por qué es importante vestir correctamente para jugar al tenis
La vestimenta de un deporte influye en su práctica eficaz. Los golfistas comenzaron a usar un único guante a comienzos del siglo XX, al descubrir que mejoraba su grip o agarre; los baloncestistas abrazaron el uso de las mallas de compresión para minimizar el sudor; e incluso la ausencia de tonos blancos en la equipación de jugadores de ping pong tienen su razón de ser, al provocar confusiones con la pelota. ¿Cómo no iba a ser importante la ropa de tenis?
Tanto en una escuela de tenis en Barcelona como en un Masters, la indumentaria tenística resulta indispensable para maximizar la libertad de movimientos, facilitar la transpiración y evitar caídas y lesiones. En primer lugar, las prendas ya mencionadas mejoran la libertad de movimientos. Golpes como el saque, la volea o el revés llevan la movilidad del tenis a límites insospechados, sin mencionar los interminables sprints en todas las direcciones.
La transpirabilidad de los tejidos es una característica esencial. Después de una hora de intenso peloteo, el sudor se convierte en ‘compañero’ inseparable de los tenistas. Cierto es que jugadores tan físicos como Rafael Nadal tienen mayores niveles de sudoración que Roger Federer y otros tenistas de mayor tecnicidad. Pero unos y otros deben lidiar con la sudoración vistiendo prendas capaces de absorber el sudor que pierden en cada set.
A diferencia de otros deportes, la indumentaria tenística no puede adherirse en exceso a la piel del jugador, pues las fricciones generarían grandes molestias. Por esta razón, las principales raquetas masculinas y femeninas del circuito lucen prendas holgadas.
En definitiva, saber cómo vestirse para jugar al tenis es un conocimiento útil, necesario para iniciarse y mejorar las habilidades y técnicas en el deporte blanco.
